Desde las heladas entrañas de la cadena montañosa hasta el mar, pasando por el valle de Irivia, diez monjes demoniacos se prepararán para luchar entre sí por un poder abismal que les convertiría en invencibles e inmortales poseyendo las almas y las mentes de los ciudadanos que habitan en el valle de Irivia donde se encuentra oculto el poder abismal de los Dragones Negros.
ILUSTRACION DE ALEJANDRO LOPEZ BERMEJO |
Sus soldados no dudarán en proteger el envase que lo contiene, muriendo por una buena causa que garantice la seguridad y la paz para los ciudadanos. Pero el tiempo se agota y el poder abismal crece con el tiempo a la vez que el odio y la violencia en las calles.
Los delincuentes hacen su particular “caja” cada día, agotando fuerzas y paciencia de los guardias de la ciudad que cada vez recurren más a la extorsión, tortura y soborno por parte de los propios ciudadanos que no tienen más remedio que hacerlo por tal de garantizar su seguridad y la de sus hijos en sus casas particulares y negocios.
La prisión central cada vez está en máxima alerta debido a los continuos motines en las que se ven seriamente implicados los propios funcionarios de la prisión además de que cada día que pasa, menos espacio y libertad queda dentro del propio recinto. Los mismos funcionarios alertaron de su precaria situación al rey Maurus para que pusiera fin a todos los problemas.
Y, por si fuera poco, la enfermedad de la peste estaba diezmando a la población y colapsando el hospital.
El anterior rey Talius junto con su actual rey Maurus, viendo que se le estaba escapando de las manos, decidió montar la orden de los Dragones Negros encabezados por Drakum a cambio de que garantizara que no se iba a producir ningún tipo de ritual que pusiera en peligro a la ciudad, tras la detención de este monje demoniaco a cambio de su propia vida quemado en la hoguera por practicar magia negra.
La prometida de Maurus en ese momento, y posteriormente al suceso como reina, Audele ordenó entonces que se formara a los mejores soldados para garantizar el orden y la estabilidad. Ella creó la escuela Audele en la que los cadetes se formarían no solo en el arte de la guerra sino también a interpretar y a utilizar convenientemente los rituales para poder derrotar tanto a demonios como los zombies.
Un equipo compuesto por 9 soldados se distribuyeron a lo largo y ancho del reino para luchar… nunca regresaron.
Se creé que ritualizaron a un caballo para poder obtener el envase con el poder abismal pero este logró escapar y nadie supo donde estaba hasta que Angie lo encontró en un bosque, en el cual perseguía a un ciervo junto con su padre adoptivo pero cayó accidentalmente por una ladera, siendo ambos perseguidos por un enorme oso hambriento, rodando ladera abajo, y este mostró su afecto y la llevó a lomos mientras su padre adoptivo la llamaba a gritos:
-“¡¡Angie!!... ¡¡Angie!!...¡¡¿Dónde estás?!!”
Tales fueron sus gritos, que alertaron a un oso cercano que no dudó en atacarle. Angie cabalgó rápido ladera arriba y le cortó el cuello al oso. Afortunadamente todo quedó en un tremendo susto.
- “¡¡Padre!!…¡¡¿Está bien?!!...”
- “¡¡Angie!!... Aarrrggg… ¡¡Mi pierna!!... AARRRG”- señalaba a su pierna malherida y sangrienta por los zarpazos y mordiscos del oso- “¡¡Angie!!... ¡¡Usa tu espada y ampútame la pierna!!...”
-“NOOOO”- recriminó Angie
-“¡¡Hazlo!!...AARRGGGHH”- contestó su padre entre gritos de desesperación
Angie, entre sollozos y desesperación por no saber qué hacer ante esta situación, no le quedó más remedio que clamar a los Dioses para que le diera fuerzas para poder amputarle limpiamente la pierna a su padre. Se puso de rodillas, levantó su espada y realizó el corte.
-“AAAAAAAAAGGGGHHHHH…”-gritó entre dolores su padre al amputársela-“AAGGHHH…AAAAGGHHH… ¡¡Coge una rama y haz un torniquete con mi camisa!!¡¡Rápido o moriré desangrado!!...”
Realizó un torniquete y ayudó a su padre a levantarse. Por suerte pudo contar con la ayuda del caballo y cabalgaron rápidamente de vuelta a la posada para que pudiera suturarle la herida dejando atrás la cacería.
¿Por qué Angie tiene padres adoptivos? Os lo explicaré en detalle su vida.
En una noche de tormenta, alguien dejó abandonado un bebé en la puerta de una posada. Sus llantos la delataron.
-“¡Por los Dioses! ¡Quién ha abandonado a esta pobre criatura!... ¡Eso es de no tener corazón!”
- “Metámosla dentro, no vaya a ser que enferme”- Contestó el marido.
La mujer que lo acogió la llamó Angie porque vieron que era una niña preciosa con unos ojos azules vidriados impresionantes y en la que en sus mismos reflejaban la cara de un ángel protector. En la nota que venía en el cesto, constaba:
“A quien la acoja
Este ángel caído fue fruto de una violación. Estoy enferma debido a que contraje una extraña enfermedad y no tengo fuerzas ni dinero para poder criarla pero mi corazón siempre estará con ella.
Que crezca sana y salva, alejada de mi oscuro pasado.
Que los Dioses les bendiga a los futuros padres y a mi hija”
Ellos poco podían hacer pero tenían problemas para concebir hijos de forma natural y para ellos, este bebé era una bendición.
Al cumplir los cinco años, un señor de avanzada edad, bigote, pelo blanco, con una capa negra y sombrero, más bien parecía un general más que un caballero, se alojó en la posada sacando un reloj de bolsillo que valdría todo un año de duro trabajo. Se fijó en Angie pero Angie estaba más interesada en el reloj que en atenderlo.
- “¡Qué chica más guapa!...”- habló el caballero-“Te gusta el reloj… ¿eh?... jeje… ¡Toma!..¡ Cógelo”
-“Gracias, señor… jaja”- habla Angie admirando el reloj.
- “¡Oh! ¡Qué educada!...”-contestó el caballero-“Necesitaría pasar la noche aquí…”
- “Claro, como no, señor…”- habla el padre-“¿Cómo es su nombre caballero? Tengo que reflejarlo por orden del rey por si se alojase algún delincuente en nuestro local”
- “Si, si… claro… me llamo Frank Blossom”
-“Gracias Sr. Blossom… Su habitación está en la segunda planta… Es una habitación magnifica con vistas al valle”
-“¡Oh! No es necesario que sea tan cortés… Llámeme Frank a secas”
-“La cena estará lista en media hora… Sopa de verduras y un delicioso costillar asado por parte de mi mujer que es una gran chef… cortesía de la casa”
-“¡Gracias!... Son mis dos platos preferidos pero me daré un lavado rápido antes de cenar. Estoy agotado del largo y eterno viaje en barco que mi cuerpo solo me pide lanzarme a la cama”
Se dieron la mano y Frank firmó en el registro de la posada.
-“Angie... devuélvele el reloj al Sr. Blossom y acompáñalo a la habitación de la segunda planta, le das las buenas noches y te vas a la cama. Tu madre subirá luego a darte las buenas noches y el vaso de leche caliente”- le dijo a Angie y le dio un beso en la cabeza
Angie asistió con la cabeza y acompañó a Frank hasta la habitación no sin antes…
-“Esta es la habitación señor”- dice Angie-“Pero… me cuesta trabajo…arrf…está atascada la cerradura…”
-“Déjame a mí cariño…”- habla Frank mientras gira la llave-“¿Ves?... estabas girando al revés…”
-“Gracias señor”- contestó Angie con una gran sonrisa
-“Angie, una pregunta… ¿Cuándo vas a ir a la escuela? Tienes que aprender a ser una buena señorita educada”
-“Mis padres no tienen mucho dinero para ir a la escuela”
-“¿En serio?”- contesta Frank-“Espero qué, con el dinero que pienso dejar aquí en la posada, puedas ir a la escuela… Hablaré con tus padres”
Angie se queda sorprendia por el regalo que Frank iba a darle. Frank continua hablando:
- “Angie… gracias por mostrarme mi habitación… y como bien dijo tu padre, vete a la cama… un beso… muak…¡Ah!... deja de ser cortés conmigo… llámame Frank… solo cuando no esté tu padre delante”- habla Frank y le guiña un ojo a Angie
-“Buenas noches señor… digo Frank”
-“Jaja… Buenas noches Angie”
- “Angie… gracias por mostrarme mi habitación… y como bien dijo tu padre, vete a la cama… un beso… muak…¡Ah!... deja de ser cortés conmigo… llámame Frank… solo cuando no esté tu padre delante”- habla Frank y le guiña un ojo a Angie
-“Buenas noches señor… digo Frank”
-“Jaja… Buenas noches Angie”
Angie se fue a la habitación a dormir mientras que Frank
aprovechó la media hora de margen para asearse antes de cenar.
El padre de Angie sube a la habitación y desde la puerta:
-“ Sr. Blossom, la cena está lista… Cuando quiera, puede
usted bajar”
-“Gracias. Pase y no
se quede esperando en la puerta…¿Cómo se llama usted?”- preguntó Frank
-“Mi nombre es Louis Ardenson
señor…”- contesta el padre
-“Si no es mucha
intromisión… ¿Llega usted a final de mes?”
-“Apenas nos da el
ancho para mantener a mi familia pero no para poder costear los estudios”
-“Me gustaría que
Angie recibiera por mi parte una buena educación en una buena escuela. Seré yo
personalmente quien asuma los gastos de su educación… Si quieren, pueden
venirse a vivir en mi casa… No está lejos de aquí pero es una gran casa… Le
pagaré bastante bien y no tendrá que preocuparse nunca más por alimentar a sus
dos preciosas joyas”- comenta Frank mientras le pone la mano en el hombro
al padre.
-“Es una oferta muy
generosa señor… pero dejar mi negocio… con el trabajo tan duro que nos ha
costado…”
-“Ays… “-suspira
Frank-“Le hago otra oferta… me llevo a
Angie personalmente y ustedes serán mis invitados siempre que quieran en mi
casa. Consultelo si quiere con su esposa”
De repente:
-“Sr. Blossom, cariño…
la cena se va a enfriar”
-“Ahora vamos cariño…
Sr. Blossom, le agradezco su oferta de escolarización de mi hija… pero va a ser
dura la distancia… Es eso… o que viva como una desgraciada en la calle si esto
no sale adelante… Dejeme que hable con mi esposa”- Contesta el padre.
-“Pues no se lo piense
mucho… mañana prosigo mi camino”
Frank y el padre bajan a cenar y mantienen una larga
discusión durante horas. La madre pregunta a Frank:
-“Sr. Blossom… para mí
es un placer que ofrezca a mi hija esa oportunidad… Espero que no nos eche de
menos y quiera volver. Estoy totalmente de acuerdo pero… ¿es pronto para
escolarizarla?”
-“Cuanto más joven…
más rápido aprenden… Yo empecé a los 6 años pero a los 15 me aventuré yo solito
y dejé los estudios. Un día, mientras trabajaba con un herrero como aprendiz,
anunciaron que necesitaban soldados para guerrear… Así que me alisté en la
guardia del rey y hasta ahora que soy general. Angie tiene muchas perspectivas
de futuro… es lista y yo no me he equivoco. He formado buenos hombres pero
nunca mujeres…”
-“¡Un momento!... ¿No
estará proponiendo a mi hija que, cuando sea mayor de edad, se aliste en la
guardia para ir a la guerra?”-corta la madre la conversación de Frank.
-“Jajaja… ¡Por
supuesto que no! Yo la formaría como mujer… no como guerrera. Aunque eso lo
decidiría ella”-contesta Frank guiñándole el ojo-“Señora… ¿un poco más de vino para celebrarlo?”
La madre asiente con la cabeza y Frank vierte el vino en la
copa. Tras la cena, la madre sube a ver a Angie que estaba dibujando en su
cuarto.
-“Angie…¿Aún no estás
en la cama?¿Qué te ocurre?”-pregunta la madre mientras le acaricia la
frente.
-“No tengo sueño...
aún mamá”-contesta Angie
-“Venga vamos a la
cama…”-la madre la lleva en brazos hasta la cama y la arropa-“¿Te gustaría ir al colegio?”
-“¡Si!”-contesta
Angie con una sonrisa
-“Arf…”-suspira la
madre mientras está sentada en un lado de la cama-“Sabes que te echaremos de menos… El Sr. Blossom ha hecho una oferta
muy generosa y te pagará integro la escuela”-habla la madre mientras le
coge de la mano.
-“¿Qué será de
vosotros? ¿Vais a venir también conmigo?”-pregunta Angie entre lagrimas
-“Angie… Hay cosas que
aún no entiendes… No podemos dejar el negocio así como así. Te visitaremos
siempre que podamos…Además… se está haciendo tarde… Tomate el vaso de leche y
descansa, mañana va a ser un día muy largo”-habla la madre y le da un beso-“Buenas noches Angie…”
-“Buenas noches… mamá”-contesta
Angie y se dispone a dormir.
En la cama, la madre de Angie pregunta por ultima vez al
padre:
-“¿Crees que hacemos
bien en dejar que se vaya con el Sr. Blossom? Ya sabes lo que oigo últimamente de
depredadores sexuales y peor aún… asesinos de niños”
-“Tranquila cariño…No
le va pasar nada. Y si le pasara, yo me encargaría de rescatarla”-le da una
abrazo y un beso a su mujer para aliviarla-“Es
mejor arriesgarse a que no tenga nada en la vida salvo la posada. Es una
oportunidad para su futuro. Tranquila…”
A la mañana siguiente, el caballo de Frank ya estaba
preparado para el viaje. Angie también llevaba algo de equipaje… Su aventura no
ha hecho nada más que empezar.
-“Hija mia… Sé buena
con el Sr. Blossom y espero que seas una gran mujer que nos ayude a salir
adelante”-habla el padre y le da un abrazo-“Cuidate mucho cariño”
-“Os quiero a los dos”-contesta
Angie mientras le da un profundo abrazo a sus padres.
-“Bueno…Angie…
¿Preparada?... Pon el pié izquierdo en el estribo para subir al caballo…¡Arriba!”- habla
Frank mientras ayuda a Angie a subir al caballo.
-“Sr. Blossom le agra…”
–habla el padre y le interrumpe Frank
-“Sr. Ardenson… No
tiene porqué agradecérmelo…”-comenta Frank
-“Sr. Blossom… Cuide
mucho a mi hija…”-habla la madre
-“Se lo garantizo…¡Uf!¡Cada
día me cuesta subir más al caballo!¡Cuándo le hagan unas escaleras, yo ya no
estaré vivo!”- Comenta Frank mientras se sube al caballo y Angie riéndose por
su incapacidad para subirse al caballo-“Sr.,
Sra. Le agradezco su hospitalidad y me dispongo a iniciar mi camino de vuelta a
casa…¡Adios!... Arrr”
-“¡Adios!”- se
despiden entre lagrimas a medida que se van alejando. La madre de Angie se
esconde entre los brazos de su padre triste.
La posada no se encuentra muy lejos de Irivia y para llegar
allí, se hace más corto el viaje yendo al lado del rio que cruzando las
montañas nevadas.
Una vez que llegaron a Irivia, Angie se asustó de la
cantidad de gente que había bien haciendo negocios bien comprando. La ciudad se divida en tres zonas separadas por altas murallas de piedra en la que la primera zona estaba el pueblo llano con sus tiendas pequeñas, posadas,casas destartaladas, el hipodromo, prostibulos y algo de agricultura local; la segunda, un poco mas alta, estaba la nobleza y en el la mansion Blossom, el centro psiquiatrico Layre, el asilo Brown Mountain y la catedral y por ultimo, en lo alto de la colina, se alzaba un omnipotente castillo con tres torreones altos en las que se podia visualizar por completo tanto la ciudad como el valle y cinco mas pequeños para evitar cualquier tipo de asalto al castillo.
A Angie le sorprendieron los olores,
las formas y colores pero lo que más le gustó de todo, era la
tienda de juguetes del Sr. Kraus como cualquier pequeño. Era lógico… sus padres
no tienen dinero para costearle un bonito juguete.
-“Angie… Esto es Irivia… la ciudad bella para el valle más
bonito de todo el reino…”-comenta Frank-“Te ayudaré a bajar del caballo… vamos
a dar un paseo andando… Mi casa no esta lejos de aquí y quiero dejarlo en una
herrerería para que le cambien las herraduras. El pobre ya casi no puede ni
andar”
-“Gracias Frank”-agradece Angie
-“¡Buenos días Alfred! ¿Cómo va el negocio? Te traigo a mi
caballo para que le hagas una puesta a punto. Luego más tarde ordenaré a
alguien para que lo recoja”
-“Frank… como siempre… eres un gran viajero y nunca te tomas
un descanso. A tu edad, ya hubiera echado el cierre y a vivir de la renta… El
negocio va como el reloj pero tampoco es que haga una gran fortuna. Eres el
único que deja propina”- contesta Alfred y pregunta a continuación-“¿Y esta
monada de niña?¿Dónde la has recogido?”
-“Jajaja… Despacio Alfred… Esta monada de niña se llama
Angie y me he ofrecido personalmente a que reciba una buena educación ya que
sus padres no tienen esa posibilidad económica.”
-“Eres un buen samaritano, los dioses te bendecirán en la
otra vida, y seguro que, cuando sea mayor, te recordará y te lo agradecerá
eternamente de que le hayas ofrecido un buen futuro. Veo que no deja de mirar
la tienda de juguetes de Kraus”
-“¡Ups! No me había fijado… Quizás deba hacerle una visita
ya que está interesada en algo especial”- comenta y fija la mirada en Angie-“Angie…
¿alguna cosa en especial que quieras tener?”
-“¡Me quedaría a vivir en la tienda de por vida!”- contesta
Angie
-“Jajajaja… Estos críos…Muy bueno Angie”-se rien tanto Frank
como Alfred. Frank mira el reloj-“Se está haciendo tarde y tenemos que irnos…¿Para
cuándo lo tendrás?"
-“Te lo tendré mañana por la tarde”-habla Alfred
-“Perfecto Alfred… Angie… Despidete de este señor”
-“Un placer conocerle Sr. Alfred”-se despide Angie
-“Igualmente Angie… Frank… Vuelvo a trabajo”
-“Angie… Vamos a casa… Mañana la Sra. Susan te acompañará a
la tienda para que te compres el juguete que más te guste de además comprarte
ropa… Lo poco que ha preparado tu madre… mejor para estar en casa. Te tienes
que convertir en una gran señorita y no aparentar ser pobre”
Su casa, no era como la posada con cuatro habitaciones, sino
una gran mansión llena de un montón de habitaciones en la que fácilmente podría
uno perderse durante horas, sirvientes, personal de seguridad y un gran jardín a
orillas del rio con un embarcadero. Frank tenía los mejores equinos de todo el
reino. Era un gran aficionado y un gran criador que conocía a cada uno de ellos
por su nombre como si fuesen sus propios hijos.
Frank tenía una esposa que murió brutalmente asesinada por
un demente y su lápida se encontraba en el lugar más bello donde ella
normalmente se sentaba a leer libros o a escribir en su diario, diario que se
encontraba en el mejor sitio de su gran colección en la biblioteca de la
mansión. Tuvieron dos hijos uno que murió en la batalla y el otro por deudas de
juego y una hija que decidió un día buscarse la vida. No era un pobre
desgraciado ni tenía nada que perder pero en el fondo se convirtió en una gran
persona ya que ofrecía los mejores puestos a gente realmente necesitada como
Angie que se convirtió “casi” en su nieta.
Una gran escalera separaba el bullicio de los sirvientes de
la paz y tranquilidad de los dormitorios. En concreto tenía 15 habitaciones
para la gente de la nobleza y otros 15 para sus empleados además de pisos en
Irivia en propiedad.
-“Bueno Angie… Esta es
tu habitación… Es como las cuatro habitaciones de la posada juntas pero con una
gran cama para una “princesita” como tu”
Angie se quedó perpleja al ver lo enorme que era su
habitación.
-“¡Ah! Y este reloj
que tanto te gustó… Te lo regalo”- comenta Frank y le da el reloj de
bolsillo a Angie-“Ponte comoda… Y
disfruta de tu nueva vida”
-“¡Gracias Frank!”-agradece
Angie y le da un abrazo.
Angie se lanza en plancha en la cama pero dentro de su
corazón hay una pequeña llama de tristeza por dejar a quienes han estado cuidándola
desde que “alguien” la abandonó pero también de alegría porque iba a empezar a
recibir su futuro.
De repente se oye unos golpes de llamada en la puerta y
Angie se dirige a la puerta. Era Susan, tan puntual como un reloj, de carácter
serio y estricto, delgada y alta pero anciana con un bastón… Tenía mala fama de
ser estricta, ordenada y perfeccionista pero sobretodo mala que no dudará en
poner a Angie en su sitio para convertirla en “su señorita” tal como quiere
Frank que sea. Angie se asustó…
-“Señorita…”- con
voz prepotente y dominante- “El Sr.
Blossom me ha autorizado para educarte en las buenas maneras para ser una
señorita educada, inteligente y que de mayor se case con un buen noble que le
dé un buen futuro. Pero por lo que veo, a simple vista, que pareces una
pordiosera con esos arapos y tu olor corporal ahuyentaría hasta un perro.”
Angie se quedó perpleja por cómo la definió… Todo el mundo
la conocía por el mote “la urraca”.
-“¿Sabrás bañarte tu
sola? No pienso meter mis delicadas manos en tu asqueroso cuerpo…”
-“Sra. Susan… mi madre
era la que me bañaba…”
-“¿Y también que la
que te vestía? Pues ya eres mayorcita jovenzuela… te doy media hora para
bañarte y vestirte convenientemente. Mis sirvientes te proporcionarán ropa
adecuada para salir… ¡Por los Dioses, a buena hora Frank se le ocurre la idea
de adoptar a esta niña tan insolente y tonta!”
Se va como vino… y Angie se quedó triste porque nadie le
enseñó cómo bañarse. Al momento entraron dos sirvientes para traerle la ropa
que “la urraca” le había preparado. Angie pidió que le ayudaran a meterse en la
bañera pero solo atendían ordenes.
Así que Angie no tuvo más remedio que buscar una solución
efectiva pero algo peligroso. Cogió una silla, se subió y abrió la llave del
agua dejando llenar la bañera, echó una tableta entera de jabón pero el jabón
se desparramó por todo el cuarto de baño saliendo por debajo de la puerta. Uno
de los sirvientes se alarmó con tan mala fortuna de resbalarse y caer dentro de
la bañera. Angie lo encontró divertido pero a “la urraca” le haría pagar cara
por su travesura.
Una vez que se arregló, Susan le enseñó la forma elegante de
subir y bajar al carruaje que le llevaría al sastre Claudio, un francés afincando
en Irivia desde hace mucho tiempo y con gran fama entre la alta sociedad que
incluso vistió a la reina Audele en el día de su proclamación como reina, no
sin antes pisar un excremento de caballo al bajarse del carruaje. Angie se rió
en secreto.
-“¡Quién es el que ha
dejado aquí sus heces en el camino!”-grita Susan mientras mira como sus
carísimos zapatos no se libraron de pisar el “regalo”.
El cochero se partía de risa pero no se libró de una buena colleja por parte de Susan.
-“Mi
querriddiiiisimmmaaaa Sra. Zuzzzaann… A sus pies…”- saluda Claudio haciendo
la pelota al entrar a la tienda-“Cuanto
tiempo zzzin pazzaarrr a mi tienda Sra. Zzzuuzzzann… Tengo unas telas que me
han jentrado en esta zemana procedentes de las Indias Orrrrientaless en
exclusiva para usted bella Zuzzzan”
-“Sr. Claudio,
ahorrese sus sermones y ¡centrese!… Necesito que tomes medidas a la señorita
para hacerle un vestido para su presentación en la cena con los altos mandos
que será dentro de tres días… Quiero que sea un vestido elegante pero
sofisticado y diferente y no como lo que llevaban las gemelas del general John
que parecían que habían salido del colegio”
-“¿¿Trreeezzz
diiiiazzz??...”-grita sobresaltado Claudio no sin antes Susan le enviara
una mirada asesina-“¡Glupz!... Esta bien
Sra. Zuzzan… en trrres días lo tendrá en la manzión… Me pondré a cozzer esta
misma tarde”
-“Señorita… vaya con
el Sr. Claudio al taller para que le tomen medidas y le espero en media hora en
el carruaje para volver a casa. ¿Queda claro?”
-“Si Sra. Susan”-
contesta Angie
Angie se dirige a la trastienda donde Claudio tiene el
taller de costura.
-“Ahorra que esa
perraa de Zuzzan no está… ¿Qué colorrr te gustaría niñita?”- pregunta a
Angie mientras le va tomando medidas en su cuerpo.
-“Me gusta mucho el
verde porque donde vivía había muchos bosques y el azul por el río que pasaba
por delante de la posada”- contesta Angie
-“Bonita elezion… Como
aún eres muy pequeñita… Crreo conveniente que un vestido corto por las
rodillas, quedará muy elegante. Un zombrerro no muy grande también y quizásss
este bolsito… hará un complemento genial. ¿Qué te parrexxe niñita?”
-“¡Me gusta!”-
responde Angie con una sonrisa-“Pero me
gustaría ir a la tienda de juguetes… Me prometió el Sr. Blossom que me
acompañaría Susan”
-“¿La del Sr. Kraus?”-
comenta Claudio-“¿Sabes que en todas las
tiendas hay una puerta secreta? ¡Ven, ven… que te lo enseñaré!”
Claudio abre la puerta trasera de la tienda que da a un
callejón oscuro, sucio y polvoriento donde normalmente las mujeres suelen
“lanzar” sus desperdicios y las heces por la ventana. Claudio llama a la puerta
trasera de Kraus.
-“¡Claudio!
Normalmente sueles entrar por la puerta delantera… ¿A qué se debe esta visita niña?”
-“Hoy es una
excepción…”- habla Claudio-“Frank le
prometió…¡Ah!¿Cómo te llamas niñita?”
-“Angie, Sr.”
-“¡Oh! Angie… bonito
nombre… Le prometió que visitaría tu tienda”- comenta Claudio.
-“Adelante, pasa
Angie… estás en tu casa… Ya me pagará Frank cuando venga”
-“Bueno Kraus, te
dejo… tengo que trabajarrr duro para que Angie tenga un vestido bonito para esa
cena tan aburrrida… ¡Arriverechi!”
-“Adios Claudio…
jaja”- Se despide Kraus- “Bueno Angie… ¿Algo en especial que te gustaría
tener?”
Angie señaló a una muñeca muy bonita que vio en el
escaparate pero pronto se oyeron los gritos de llamada de Susan aguando “la
fiesta” cogiendo a Angie del brazo para llevarsela
-“¡Señorita!... Esto
es un hecho muy lamentable… A tu edad, ya estaba aprendiendo a ser una señorita
disciplinada y no una niña que sigue jugando a las muñecas… ¡Vamonos! ¡Estarás
castigada hasta que lo ordene!”- Susan pega un tirón del brazo a Angie que
no pudo llevarse la muñeca quedándose muy triste.
No obstante Kraus, viendo el gran interés que tenía, se lo
preparó como regalo y mandó a un empleado a que se lo entregara sin que “la
urraca” se diera cuenta.
-“Señorita Angie, me
envía el Sr. Kraus ya que se le olvidó esto en su tienda”
-“¡Gracias!”-
agradece Angie al empleado entre lagrimas, abre la caja donde estaba la muñeca como si
fuera un regalo de navidad y le da un abrazo.
-“De nada pero
escóndelo bien si no quieres que Susan te lo confisque”- recomienda el
empleado.
Susan entra al despacho de Frank muy disgustada por
desobedecer Angie a que cumpliera con el “protocolo” de horario estricto.
-“Ya he oído su
impertinencia por castigar injustamente a esa pobre pequeña que solo quería
divertirse como cualquier niño…”
-“¡Esa pobre diablo
necesita disciplina, disciplina y disciplina… pero sobretodo exijo puntualidad
y correcta vestimenta! Y no como llegó” –contestó Susan-“Ya no es una niña… y usted Sr. Blossom me ordenó que la educara como
tal”
-“Calmese…Estoy de
acuerdo con usted Sr. Susan… pero tenga cuenta la edad… ella es aún un poco
joven para empezar a educarse de además de estar cansada del largo viaje…
Dejela que se acomode y conozca Irivia. Ya habrá tiempo para dedicarle a su correcta
educación”
-“Los niños no se educan a base de caprichos Sr. Blossom”-replica
Susan muy enfadada
-“Sr. Susan…¿alguna
vez se ha dado usted un capricho en la vida?”- pregunta Frank
El silencio se hizo de inmediato en la boca de Susan la cual
dio media vuelta y se fue cabreada. Mientras Frank apuraba su pipa para
relajarse mientras miraba por la ventana el anocher.
Llegó el día de la cena, carreras y más carreras por el
pasillo, Susan gritando a todos los empleados, con fusta en mano, para que se
pusieran las pilas para tenerlo todo a punto y Claudio apareció con el vestido
para Angie a última hora, justo cuando los invitados empezaban a llegar.
-“¡A buenas horas Sr.
Claudio! Le dije que a las 6… y son casi las 8…¿A qué se debe este retraso? La
Señorita tenía que estar vestida ya recepcionando a los invitados y no en su
habitación”- replica Susan
-“Lo siento Sra.
Zuzzan… La máquina de cozzzer dio su ultimas puntadas”
Claudio sube las escaleras como alma que lleva el diablo y
ayuda a Angie a ponerse el vestido. Angie apareció por las escaleras… Frank se
echó a reir pero a Susan no le hizo tanta gracia el vestido y menos la
combinación de colores que parecía que le había sacado la tela de la tapicería
de un sillón francés pero ya no quedaba tiempo para los cambios y Frank coge de
la mano a Angie y entran al comedor que era de grande como toda la posada. Una
gran mesa alargada llena de platos deliciosos, un montón de sirvientes ergidos
esperando para sentar y servir a los comensales y 50 hambrientas personas de la
alta sociedad en las que se encontraban las gemelas de 8 años del general John,
que eran rubias traviesas y malas, que hicieron la vida imposible a Susan antes
de mudarse a casa de Frank.
Tras la cena, las gemelas se presentaron ante Angie:
-“Hola nos llamamos
Sara y Estefania. ¿Nos hemos visto antes?”
-“Hola… me llamo
Angie… y creo que no nos han presentando”
-“¡Que vestido más
ridículo!... La Sr. Susan nos hacían poner esos horribles vestidos…”
-“Y ese bolsito tan
mono… que pena… me lo quedo”- Habla Sara y le quita el bolso a Angie.
-“A mi me gusta más el
sombrero…”- habla Estefania y le quita el sombrero a Angie-“¿Qué tal me queda Sara?”
-“Mejor que a ella…
inmejorable…”- contesta Sara a su hermana-“Adios Angie… que te diviertas”
-“¿De dónde habrá
salido?”- pregunta Estefania a su hermana en voz baja-“Espero que ahora no se eche a llorar… aún es una bebé”
-“Schiiissss…”-
contesta Sara y le tapa la boca a su hermana.
Angie se queda tocada de la “novatada” de las gemelas pero
ella es fuerte como para echarse a llorar… Así que coge un trozo de tarta con
la mano y se lo lanza a las gemelas.
-“¡Mi vestido!¡Mi
precioso vestido!¡Me lo pagarás Angie!”- grita entre lloros Sara
-“¡Me voy a chivar a
la Sra. Susan para que te castigue!”-grita furiosa Estefania
Al rato, como no, la cara de Susan lo decía todo…
-“Señorita… ¡Espero
que tengas una buena excusa a lo que les ha hecho a las gemelas!¡Mañana fregarás
los platos de esta cena como castigo!¿Queda claro?”- grita Susan a Angie.
Pero recibió una sorpresa inesperada en su cara por parte de
Frank.
Tanto los invitados como Frank y Angie no pudieron parar de reírse
y Susan se retiró manchada entera de tarta a su dormitorio. No le hizo gracia
la broma.
El general John le pareció hasta gracioso que les tiró un
tartazo a sus hijas… Normal… se había bebido toda la bodega de Frank. La fiesta
continuó hasta bien entrada la noche.
Angie comenzó al día siguiente los estudios en la escuela para
comenzar a trabajar en su futuro.